Buen Pastor

Aunque vaya andando herido,
ciego, sordo, o dormido,
miraré siempre el cayado
como ovino can, sumiso.

Aunque llevo lana negra
por el fuego ennegrecida,
seguiré ansiosamente
esperando tu trasquila.

Aunque el trecho sea angosto
y postrero marche en fila,
despeñarme no me temo
porque atada va mi vida.

Y

si algún día me extravío,
buen Pastor de tí me fío,
de tu amor para buscarme,
y tornarme, al camino.

Mi zagal de cien ovejas
incansable yo te sigo,
hasta el día de mi muerte
Jesucristo amado mío.

No hay comentarios: